30 de octubre de 2006

Un desastre llamado Air Madrid

Hoy lunes yo debería estar ahora disfrutando de unos días de vacaciones/trabajo en España. Gracias a Air Madrid sigo en Costa Rica. El jueves era el día previsto para el viaje, pero el avión -que había llegado 5 horas tarde desde Madrid- se estropeó en el aeropuerto de San José y a las 11 de la noche nos enviaron a hoteles, sin ofrecer información sobre si el vuelo "saldrá mañana o el sábado". Yo decidí volver a casa y los que iban para los hoteles a las 2 de la mañana fueron llamados porque el avión se reparó. ¿Cómo?. Apagándolo y encendiéndolo. Como si fuere Windows XP, pero era un Airbus 330-200.

La cuestión es que decidimos posponer el viaje hasta hoy. Antes de ir al aeropuerto hemos llamado a las oficinas de Air Madrid para ver si hoy teníamos retraso -bueno, realmente siempre tiene retraso, la duda es cuánto-. ¡Sorpresa!. El avión no había salido de Madrid ni sabían cuándo saldría porque aún no había llegado de su anterior destino. Finalmente parece que mañana llegará el avión y saldremos con 24 horas de retraso.

No quiero entrar en detalles sobre los trastornos personales y familiares que esto ha supuesto, pero imagínense que no han sido pocos, máxime viajando con un bebé de 9 meses. Mi intención es realizar un aviso a todos los foristas y lectores de Tercera Vía en general: Air Madrid no es una compañía fiable. Al ser una aerolínea de las denominadas low cost uno piensa que se ahorra un dinero, pero esta firma no es Easy Jet ni Ryanair que tienen flotas suficientes para hacer frente a contratiempos. Air Madrid vuela a decenas de destinos transoceánicos y no tiene aviones de cobertura. Un ahorro de un puñado de dólares o euros puede suponer muchísimo dinero, sobre todo a los que realizan conexiones con otros destinos, ya que Air Madrid no se hace cargo de nada y en algunos casos han dejado a cientos de personas durmiendo en los aeropuertos o incluso en el avión, como les ocurrió a los pasajeros de un vuelo entre Palma y Madrid hace unos días.

9 de octubre de 2006

Vileza politica en Costa Rica

Afirma el dicho popular que en el amor y en la guerra todo vale, pero no faltan los que amplían a la política esa sentencia. Claro que ya Nicolás Maquiavelo al príncipe renacentista Lorenzo de Medicis le recetó en su obra cumbre aquello de que el fin justifica los medios, frase que ha tenido sus seguidores desde que el ser humano deambula por el mundo, principalmente lo que han dedicado a la política su modo de vida. No obstante, la cita maquiavélica debe inscribirse en la época en que fue escrita y dentro del tratado que la alberga, es decir, en un tiempo de la Historia en el que la guerras, las conquistas y las conspiraciones transnacionales para someter a las naciones eran lo cotidiano.

La aplicación de la justificación de los medios para obtener un fin, sin embargo, se extiende en nuestros días con sorprendente agilidad. Aquí en la Costa Rica que hoy vemos que hace su aparición el maquiavelismo más desgarrado por parte de ciertos grupos que no parpadean a la hora de intentar dividir a la sociedad, cuando no de destrozar la imagen internacional de su propia patria. Entonces no debemos hablar de maquiavelismo, sino de vileza en toda la extensión del término.

En el transcurso de una semana hemos comprobado la conexión internacional entre los movimientos sindicales nacionales –acompañados de los grupos políticos que les dan soporte- y ese fenómeno de la izquierda populista latinoamericana. Una conexión sospechada –y negada sistemáticamente- desde hace algunos años, sobre todo a partir aquella huelga del transporte que dejó paralizadas las carreteras del país en 2004. No cabe duda que los tentáculos del renaciente imperio de los petrodólares bolivarianos son largos y que Costa Rica no podría quedar al margen. Es más, destruir la imagen de la esperanza democrática latinoamericana, encarnada de forma ejemplar por Costa Rica es, a todas luces, uno de los objetivos de los que quieren resucitar el sueño unificador totalitario de Ernesto “Ché” Guevara.

Sorpresivamente el diario oficial de la dictadura cubana, Granma, magnificaba los recientes acontecimientos en los que el Estado de Derecho costarricense ha tenido que proteger su soberanía frente a grupos que, acostumbrados a someter la voluntad popular a su antojo, creían poder actuar con violencia –activa o pasiva- impunemente. Surgió así el término “militarización” de Costa Rica. De forma casi simultánea el PAC –la cara política y dulcificada del populismo radical en el país- inicia una campaña cargada de falsedades, como se ha podido comprobar a posteriori, en la que se acusa a una empresa de producir componentes armamentísticos y se vincula el Tratado de Libre Comercio con los EE UU con la producción y almacenamiento de armas en el país.

Granma vuelve a la carga, en esta ocasión con un columnista de lujo: Rodrigo Carazo, expresidente de la República, volviendo a definir la “militarización” de Costa Rica. Igualmente el líder sindical Albino Vargas firma un artículo en el periódico de Fidel Castro y deja clara su conexión con el artículo aparecido días atrás en el rotativo del régimen dictatorial. No es de extrañar la posición del sindicalista, conocedor de que la apertura de los monopolios del Estado le supondrán la práctica desaparición de la escena pública. Lo realmente preocupante es la corresponsalía de Carazo, uno de los presidentes más nefastos de la historia reciente del país, según una encuesta publicada por la Universidad de Costa Rica, e impulsor de la mayor devaluación que se haya conocido en la economía local. Ahora Carazo, escudado en las circunstancias internacionales que rodearon su funesto mandato y el paso del tiempo para volver a la escena política, esta vez en las filas del populismo de izquierdas, con un discurso radical y muy alejado de lo que fue su verdadera acción como gobernante.

Pero en esto de sacar cadáveres políticos del armario es en lo que se han especializado algunos para los cuales el fin –conseguir el poder a toda costa- justifica los medios. Desde Alberto Cañas, hasta Rodrigo Carazo, pasando por la viuda de Facio o apoderándose del legado del mismísimo Figueres. Todo vale para ganar votos, para forjar una doctrina política fundamentada en el populismo y en el control absoluto de la sociedad por parte del Estado.

Hoy se han destapado todos ellos. Aplauden la dictadura fidelista y el caciquismo chavista –sus grandes valedores- pero son las “víctimas” de la represión de las fuerzas de orden público en Costa Rica. Tras años de campar a sus respetos en la escena político-económica nacional ante la debilidad de gobernantes como Abel Pacheco y décadas consolidando beneficios, ahora llega un Ejecutivo capaz de hacerles frente y que podría dar al traste con sus pretensiones hegemónicas. No me cabe duda de que esta banda de tergiversadores de la doctrina maquiavélica están sentando las bases para buscar el enfrentamiento violento de cara a la aprobación del TLC.

En las pasadas elecciones de febrero estuvieron a punto de dar la campanada, emplearon millones de dólares de dudosa procedencia, pero sobre todo un discurso demagógico desconocido en el país. Aún así fracasaron, pero no cejan en su empeño y despliegan todas sus armas sin titubear, caiga quien caiga, pese a quien pese y aunque sea el país el principal damnificado por sus viles métodos. Son capaces de quemar la tierra mientras quede algo que poseer.

Frente a esta vileza no cabe la cobardía.

7 de octubre de 2006

El regreso repentino de "nuestro" juez estrella

Hace dos meses me encontraba yo por España y un amigo muy conectado con las altas esferas del poder judicial -no confundir con el CGPJ-, me puso de manifiesto lo sospechoso del regreso a su plaza de titular en la Audiencia Nacional de Baltasar Garzón. No dí mayor importancia al tema, además de que este comentario se inscribió en el marco de las negociaciones Gobierno-ETA.

En efecto, el juez y ex-secretario de estado durante la época de Felipe González, utilizado por este último como maquillaje ante la avalancha de casos de corrupción que se destaparon en la España de la primera mitad de los 90, decidió regresar este verano de su excedencia docente -creo que andaba en EE UU dando clases y facturando al estilo Bill Clinton por dictar conferencias- de forma sorpresiva. De este modo algún advenedizo, que estaba molestando más de la cuenta en ese obscuro cuartel en el que se dilucidan los grandes temas de la política patria, salió de la escena y dejó, por tanto, de molestar.

Ahora Garzón no sólo se está dedicando a poner orden en las autorizaciones de manifestaciones batasunas y otros aspectos referentes al "Proceso de Paz" -¿hubo alguna vez una guerra?-, sino que ha tenido que intervenir en el tema estrella de la Legislatura -el 11M- antes de que se tuerzan las cosas para el Gobierno. Con lo cual el regreso del juez expolítico más polémico de la democracia española resulta más que sospechoso.

La sospecha acerca de la repentina vuelta de Garzón que me transmitió mi amigo ahora se ve clarificada. ¿Es posible que alguien dejé una excedencia de dos años ganando dinero a espuertas para volver al ojo del huracán y a trabajar 16 horas al día por unos 100.000 euros al año?.

Los que me han leído algo saben que yo no soy de los que se despiertan a medianoche pensando en que Rubalcaba estaba al tanto antes que los propios responsables de Interior de la información policial sobre el 11-M durante los días de marras. Tampoco me sobresalta que ETA fuese partícipe o simplemente espectador -de los que brindan con cava por la muerte ajena-. Pero al menos tenía cierta esperanza en que el caso estaba en manos de un órgano independiente, un poder básico de nuestra estructura democrática, inalterable, incorruptible, desvinculado de la dialéctica pepiñoblanquista o jimenezlosantiana. Hoy he despertado de mi sueño.

Garzón ha vuelto a petición del PSOE y desconocemos a cambio de qué, pero sí sabemos por qué y para qué. Tiene gracia que hoy recurra al CGPJ diciendo que su trabajo se está viendo "presionado" o que "se ve sometido a ataques sistemáticos e injustificados, gravemente atentatorios a la independencia del Poder Judicial". ¿Qué independencia, su Señoría?. ¿Acaso no fue Vd. un alto cargo de la Administración durante el anterior mandato del partido que hoy ostenta el poder y que lo consiguió gracias a los atentados terroristas cuya clarificación judicial ahora recae en sus manos?.

¿No resulta absolutamente sospechoso que hoy mismo el dirigente de un país encumbrado tras la muerte de 191 personas a manos del terror pida al principal líder de la oposición "respeto a la Justicia". ¿Qué justicia, señores?. ¿La ley del embudo?. Ahora sí que se les ha visto el plumero.

(Sigua el debate en http://www.terceravia.com/foro/viewtopic.php?t=772)