El enunciado de este post es una especie de chiste que se ha podido escuchar este comienzo de año en España en referencia al atentado de aparcamiento de la T4 y su comparativa con el del 11-M. La verdad es que la sabiduría popular a veces tiene más razón que los sesudos razonamientos de columnistas, políticos y analístas varios. Aunque a decir verdad, la realidad creo que presenta una tozudez incontestable.
A mi me sorprende -y de qué forma- que se hable, a estas alturas del partido, de utilización política del terrorismo. Me parece inaudito escuchar lo que he escuchado y leer lo que he leído. Los que hoy claman unidad frente al terrorismo son los mismos que utilizado esa no-unidad para alzarse con el poder hace hoy dos años y diez meses. Aunque también los que perdieron intentaron previamente verse favorecidos por los muertos de los trenes, pero les salió el tiro por la culata.
Este gobierno está sintiendo es sus propias carnes la medicina que aplicó al anterior ejecutivo, a pesar de que la maquinaria mediática del PSOE ha amortiguado mucho el impacto sobre la opinión pública. No hemos más que fijarnos en unos pocos detalles que parecen haber pasado inadvertidos:
- El atentado se cometió el día 30 y el presidente del Gobierno regresó de sus vacaciones hizo un comunicado y las continuó, no visitó el lugar del "accidente" hasta cinco días después.
- No se dieron a conocer ni la cantidad de explosivos ni el tipo hasta pasados cuatro días del atentado. En el 11-M se dieron datos en unas horas y se exigía más y más información al gobierno.
- La principal conclusión de la comisión parlamentaria del 11-M fue achacar graves fallos de previsión al gobierno por lo sucedido. Sin comentarios.
- El presidente del Gobierno a fecha de hoy no ha realizado una declaración clara de cuáles serán los pasos a seguir y si la "vía del diálogo" seguirá siendo su objetivo preferencial para acabar con el "conflicto".
Podríamos seguir enumerando detalles acerca de este desafortunado incidente que ha trastocado los planes de uno que el día antes decía aquello de "hoy estamos mejor que hace un año y dentro de un año estaremos aún mejor". En toda esta historia ha habido neglicencia, ante la imprevisión y la dejadez de funciones frente al terrorismo, como el propio PSOE señaló en la comisión del 11-M; se han ocultado datos, tanto desde el punto de vista de la negociación abierta con la banda terrorista como una vez cometido el atentado; no se han dado respuestas claras a la sociedad sobre cuál es la postura del gobierno de la nación y ahora se quiere achacar al principal partido de la oposición la culpa de todo porque "utiliza el terrorismo como arma electoral" y porque se aparta de la "unidad frente al terrorismo".
Lo de las manifestaciones no es más que la escenificación de la realidad de fondo que existe en todo este tema: los políticos, cuando gobiernan, no quieren aceptar sus errores y, cuando están en la oposición, aprovechan cualquier oportunidad para ganar votos. No les sigamos el juego.
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