En su tradicional discurso semanal, imitado de su idolatrado Fidel Castro, Hugo Chávez habló de sus inversiones y fichajes en la política continental sin pelos en la lengua. Amenazó: “Ahora en El Perú, en donde vamos a tener otra Bolivia”. Su patrocinado Ollanta Humala encabeza las “apuestas” –antes conocidas como encuestas- electorales frente a la conservadora Lourdes Flores. Humala como Daniel Ortega es un exmilitar cuya familia lidera un movimiento denominado “etnonacionalismo” y propugna la amnistía para Sendero Luminoso y la nacionalización de los medios de comunicación. Claro que Ollanta no ha tardado en renegar de su familia, a pesar de haber sido ferviente admirador de las ideas de los de su mismo apellido hasta hace algo más de un año.
El caso el que Chávez, con “z” de “zorro”, como él se autodenomina mientras llama “borracho” y “genocida” a George W. Bush por su cadena de televisión pública, no tiene reparos en indicar cuáles son sus “apuestas” electorales para el continente. En esta ocasión es Perú el país al que toca controlar por el neo-comunismo. Perú ha vivido cierto milagro económico en los últimos años y sus cifras macroeconómicas han mejorado muchísimo con el gobierno de Alejandro Toledo, al cual se pintaba como a un Evo Morales cualquiera hace una década, pero tras acceder al poder moderó su discurso y ha realizado una muy buena labor en materia económica. Una vez más insuficiente en materia de redistribución de la riqueza, lo cual motiva que el candidato “chavista” haya cambiado su discurso “etnonacionalista” por el “populista” al uso en el continente.
Chávez continúa su expansión política animado por los miles de millones de petrodólares que le están generando los elevadísimos precios del petróleo. Me cuentan que en Nicaragua ha comenzado la campaña y la “diplomacia” venezonalana ha puesto un helicóptero a disposición de Daniel Ortega para que lleve su mensaje populista hasta el más recóndito pueblo del país centroamericano. En Ecuador se alzan miles contra el TLC con EE UU, jaleados por los filibusteros chavistas, una nueva clase social latinoamericana en ebullición.
Que la Unión Europea y los EE UU sigan mirando para otro lado, cuando lleguen los “bomberos” el incendio será imposible de extinguir.
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