28 de marzo de 2007

Se hace camino al andar

He tenido oportunidad de ver parcialmente el nuevo programa de TVE anunciado a bombo y platillo en el que el público –elegido al azar, según contaban- podía preguntar a su antojo –sin preparación previa, según anunciaban, aunque al invitado se le escapó decir en un momento dado: “Esto sí que no estaba preparado”- al Presidente del Gobierno. En general, el programa parece interesante. Las respuestas políticas y vacías, como era de esperar y se echa en falta el derecho de réplica.

Hoy, gracias al programa, sabemos que el Presidente de nuestro país cree que un café cuesta 80 céntimos de euro, un cincuenta por ciento menos de la realidad, y que prefiere que sean mujeres las que ocupen el 50 por ciento de los cargos, aunque los mejor capacitados se queden fuera por motivo de las cuotas. Aparte de eso y del continuo ir y venir de los logros económicos de su gobierno, incluido el descenso en los incrementos en el precio de la vivienda –del 14% al 9%-, lo cual me parece inaudito, poca novedad nos ha aportado este programa. Todo son preocupaciones compartidas y generalidades, política de “café para todos”. Para los inmigrantes, para los desempleados, para los que no pueden adquirir una vivienda digna, etc.

En un momento del programa una joven le ha recordado a Rodríguez aquella frase que corearon sus seguidores más inmaduros –por la edad quiero decir- en la noche de su victoria electoral: “Zapatero no nos falles”. El tipo ha tragado saliva y Rocío, que así se llama la chica, le ha venido a decir en la cara que se siente defraudada. Rodríguez ha visto una puerta abierta ante la crueldad de la acusación y nos ha dado la clave de todo su mandato: “los jóvenes lo que pedían era que España no estuviese en la guerra de Irak y mi primera decisión fue hacer que la tropas volviesen del Golfo. Por tanto yo creo que no he decepcionado a nadie”. Ahí queda eso.

En estos días, con la perspectiva de los años, algunos se dan cuenta de algo que otros vislumbramos desde el primer momento. España se encontraba en una situación de plenitud y el mayor problema de nuestro país, para muchos españoles, sobre todo para los más inmaduros –insisto, por la edad-, era una guerra a miles de kilómetros. Esa es la justificación última de todo. Esa era la única apuesta de un partido y de un dirigente político que alcanzó el poder por medio de una secuencia de acontecimientos fuera de todo contexto electoral. Ese era el único programa electoral: “No a la guerra”. Lo demás se ha ido construyendo como el caminante de Machado, haciéndose camino al andar.

5 comentarios:

dijo...
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Pakithor dijo...

Tienes mucha razón, Bernat. Estas son las consecuencias del bipartidismo en el que se venido a convertir nuestra democracia. Para colmo los partidos internamente andan en temas "más importantes" que promover a los mejores para ocupar los puestos importantes. Pero eso es harina de otro costal, ahora, sin ánimo de "desligitimar" a Rodríguez, que lo hace genial él solito, simplemente analizamos los "grandes avances de la democracia", como definió al programita el propio Presidente el otro día.

Saludos.

Duende Crítico dijo...

Para mi fue un programa tal y como me lo esperaba: ZP frío con sus datos macroeconómicos y el público interesado más en cosas particulares que generales. A ver cómo lo hace Rajoy en abril...

dijo...
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ººEl Chamukoºº dijo...

Maes, invitados a darse una vuelta a El Infierno en Costa Rica