3 de mayo de 2011

Obituario por el enemigo


Pasadas unas cuantas horas después del anuncio de la muerte de Osama Bin Laden, llega el momento de reflexionar acerca de las reacciones suscitadas por este singular acontecimiento. Asombrosas en su mayoría.

La noticia nos agarró desprevenidos a todos. Aunque los más fieles seguidores de lo políticamente correcto no tardaron en empezar a tomar posiciones, seguramente ante la ausencia de una postura oficial por parte de sus líderes de opinión, empezaron a tomar posiciones en consecuencia. Que si “no hay que alegrarse por la muerte de nadie”, que si “ha sido un asesinato sin un juicio justo”, y otras cuantas frases que podrían enmarcarse en el ámbito de la misericordia cristiana. Curiosamente hoy entre las consignas de la izquierda el catolicismo es como nombrar al enemigo público número uno.

La realidad es que, como ya ese ha dicho aquí, nuestra sociedad está absolutamente anestesiada por esa oleada de corrección política que se ha apoderado de la opinión pública desde hace ya unas décadas. Y este homenaje en forma de obituario que muchos han hecho al criminal más sanguinario de nuestros días ha sido realmente lamentable.

Porque Bin Laden, no nos olvidemos, es el autor intelectual de los más sangrientos atentados que ha vivido Occidente, nuestra civilización, quizá en toda su Historia reciente. La ideología de este asesino consistía, básicamente, en erradicar la cultura occidental a favor de una dictadura religiosa, basada en una peculiar interpretación del Corán. Ese es su legado. El cual hoy continúa vivo por medio de decenas de miles de terroristas que viven entre nosotros. Así de simple, así de cruel.

Pero esta sociedad nuestra, tan insegura, tan intimidada por los líderes de opinión izquierdistas, que dictan las reglas de lo políticamente correcto, no piensa así. Ellos, los adalides de nuestra cultura pusilánime, han pedido un juicio justo contra el que asesinó a miles mientras acudían a su puesto de trabajo. Han criticado a los que nos hemos alegrado por la muerte de nuestro peor enemigo. El cual nunca dudó en emplear el terror como su principal arma contra nosotros, para luego regodearse públicamente por ello.

No, nosotros no somos como ellos. De ser así el ejército americano hubiese entrado en la ciudad en la que se encontraba Bin Laden y la habría arrasado entera. En su lugar, los seals han actuado quirúrgicamente. Llegaron acabaron con el enemigo, se llevaron su cuerpo y regresaron a su base. Simple y sencillamente se acabó con el terrorista sin darle opciones a responder con la violencia que conocemos que es capaz de desplegar.

Las democracias occidentales no aplican el terror contra la población civil como hacía este sanguinario y sus secuaces. Todo bajo el amparo de dictadores y sátrapas, muchos de los cuales continúan en el poder. Contra ellos aún espero ver a todos estos pensadores de la izquierda, que hoy casi protestan por la muerte del criminal, escribir columnas incendiarias.

Eso no va a suceder. Por el contrario, ya estoy imaginando el obituario que a muchos de estos líderes de opinión les gustaría redactar: “Hoy murió un abnegado padre de familia. Un activista que dio su vida por defender sus ideales. El cual fue asesinado por el imperialismo americano sin darle opción a un juicio justo”. Cuestión de tiempo.

6 comentarios:

Dean CóRnito dijo...
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Dean CóRnito dijo...

Borré mi comentario por error. Lo intento de nuevo.

Tienes mucha razón, Paco. La verdad, no me duele decirlo, es que cuando escuché la noticia de la muerte de Bin Laden, me invadió una sensación de alivio mezclada con algo de alegría. No es para salir a la calle a repartir dulces y gritar consignas, como lo hacen los terroristas islámicos cada vez que matan a un israelí, a un europeo o a un americano. Pero esas manifestaciones de la "izquierda automática" a las que haces referencia son una desgracia para la humanidad, y contienen la semilla de la decadencia de occidente.

Basta de "corrección política". De haber tenido la oportunidad, Mr. Bin Laden no se lo hubiera pensado y hubiera explotado una tonelada de pólvora para deshacerse de los "navy seals", de paso llevándose a disfrutar de sus 72 vírgenes a 1500 abbottabadíes, sin pedir un juicio justo para los inocentes. Lo demás son cuentos.

Pakithor dijo...

Estimado Dean,
Hoy, después de la resaca tras el cuarto "partido del siglo", mis paisanos ya se han puesto en acción con el tema de Bin Laden. He tenido que leer barrabasadas del tipo "Guantánamo es el Auschwitz del siglo XXI", así como sesudos comentarios acerca de lo negativa que es esta operación para Occidente.
A este paso el obituario que yo he visualizado, no tardará en hacerse realidad.
Un abrazo.

Ignacio dijo...

Creo que fue Marl Twain quien dijo aquello de "no le deseo la muerte a nadie, pero me alegro mucho al leer ciertos obiturios". Pues eso.

Ignacio dijo...

Mark Twain y obituarios, que se me lengua la traba

Pakithor dijo...

Muy buena cita, Ignacio, muy buena.