10 de marzo de 2008

Tenemos lo que nos merecemos: bipartidismo


Al final sucedió lo esperado. El PSOE ha vuelto a ganar las elecciones sin mayoría absoluta. El PP ha consolidado su espacio ganando en escaños. La izquierda se ha reunido en torno al PSOE e IU probablemente tenga los días contados. Los nacionalistas han sido, en términos generales, los grandes perdedores, su cuota de poder se ha visto minimizada por la polarización de voto hacia los dos grandes partidos.

Me llama poderosamente la atención la aparente sorpresa que han causado los resultados en la prensa en general, con respecto a esta polarización bipartidista. Quizá deberían ser ellos los que analicen cuál ha sido su papel en esta campaña. ¿Qué seguimiento o qué cobertura han tenido el resto de los partidos?. Ninguna. Cero. Pero culparlos a ellos, a los medios de comunicación, se me antoja injusto.

Hemos vivido una legislatura llena de crispación. Las posturas han estado más enfrentadas que nunca. Desde el modelo de Estado, hasta la economía, pasando por el tema estrella de estos cuatro años: el terrorismo. Así que los ciudadanos han salido nuevamente a votar de forma masiva, diría yo. Unos para cambiar y otros para seguir con lo mismo. Sin embargo somos muchísimos los ciudadanos que hemos acudido a votar con pesadumbre. Hemos votado por aproximación y, en no pocos casos, por resentimiento. Esto es, en contra de un partido, no a favor del otro.

Aquello de las "dos Españas" se está haciendo políticamente real, por más que la realidad de la calle sea bien diferente. Porque una cosa es votar a un partido que ha realizado una pésima legislatura -como Gobierno o como oposición- y otra bien diferente es comulgar con todo su ideario y su forma de actuar.

Forzados, quizá, pero con cobardía, absolutamente, tenemos ante nosotros una repetición de la legislatura pasada, más polarizada aún si cabe. Es lo que nos merecemos, no hay más.

7 de marzo de 2008

Nervios en el PSOE, a pesar de las encuestas


Como dije hace un par de semanas en el PSOE andan nerviosos. Principalmente su líder, José Luís Rodríguez. El hombre de las encuestas, de los medios, de los sondeos de opinión, de los golpes de efecto. A pesar de las encuestas y del triunfalismo que reina en el entorno socialista saben que cualquier cosa puede pasar. Así que han tenido que echar mano a todo lo que haga falta para provocar enfrentamiento y movilizar a su electorado.

Está siendo una campaña, sobre todo en su parte final absolutamente anodina. Ni Felipe González ha logrado, con sus insultos, mover la senda –bastante discreta, por cierto- marcada por el equipo de Mariano Rajoy. Tampoco los apoyos de “intelectuales” internacionales que cacareaba El País, han dado sus frutos, como no los dio el video de los “creadores”, conocidos popularmente como los “subvencionados agradecidos”.

Los medios han tenido que cargar las tintas en los debates. Flojitos y sin sorpresas. Acabados los mismos la campaña ha entrado en la absoluta languidez. Lo cual ha puesto más nerviosos aún a los asesores de Ferraz y Moncloa.

El documento dirigido a los apoderados e interventores del PSOE, denunciado hoy por el PP, pone de manifiesto la guerra de guerrillas publicitaria en la que se ha visto obligado a caer el partido en el poder. Este documento es realmente vergonzoso procediendo de un partido con la historia y tradición del PSOE. Los interventores y apoderados de los partidos no están para “captar votantes”, sino para ayudar y vigilar en el proceso democrático por excelencia. Imagino que esto ha debido generar algún coitus interrumptus entre tanto “orgasmo democrático”. O a lo mejor es parte del onanismo políticamente correcto.

3 de marzo de 2008

Hugo Chávez, el gran valedor de las FARC



No salgo de mi asombro cuando leo que el presidente/caudillo de Venezuela ha guardado un minuto de silencio por la muerte del terrorista de las FARC, conocido como Raúl Reyes, a manos del ejército colombiano. O sea que a Hugo Chávez le ha afectado mucho la muerte de este sanguinario criminal. Por los que mueren diariamente a manos de los terroristas nunca le hemos visto realizar un gesto similar. Rafael Correa, presidente de Ecuador gracias a las donaciones de campaña que provenían de Venezuela, ya ha enmendado su tremendo error que fue callar ante la operación militar colombiana para acabar con el dirigente de las FARC, la cual tuvo que internarse menos de dos kilómetros en territorio ecuatoriano.

Tanto Chávez como Correa han retirado sus embajadas de Colombia. El ecuatoriano por lo que considera -un día después de haber aceptado tácitamente la intervención del ejército colombiano- "un ataque a nuestra soberanía territorial". El dictadorzuelo venezolano porque anda buscando un enemigo exterior que desvíe la atención ante los serios problemas de la economía de su país. Aunque la verdad es que Chávez lleva tiempo apostando por las FARC como su carta para desestabilizar a la vecina Colombia, país en el que no logra imponer a uno de sus candidatos.

De hecho el presidente/caudillo de Venezuela ha logrado acaparar la atención del conflicto que vive desde hace veinte años Colombia. Chávez ha centrado hábilmente el tema de los secuestrados en Ingrid Betacourt y otros cuantos políticos colombianos, esos que tanto preocupan a la comunidad internacional, pero que no son ni el cinco por ciento del total de secuestrados en manos de las FARC, que ascienden a unos 850. Las FARC quieren cambiar, con el apoyo del dictadorzuelo venezolano, a Ingrid Betancourt y otros cuarenta secuestrados por unos 500 terroristas. A eso es a lo que Chávez llama "operación humanitaria".

Porque la realidad del asunto es que al líder bolivariano las FARC lo tienen bastante intimidado. El presidente de Colombia, Alvaro Uribe, está asestando golpes muy duros a la guerrilla comunista/narcotraficante, obligando a ésta a centrar sus operaciones cada vez más en las cercanías de las fronteras de Ecuador y Venezuela. Chávez teme que, una vez expulsadas de Colombia, las FARC cambien las siglas por FARV y se asienten en su país, el cual tanta protección les brinda.

Aunque el imitador de Bolívar amenace a diario con entrar en guerra el país presidido por Alvaro Uribe, eso nunca va a suceder. A pesar de la fuerte inversión en armamento que viene realizando el gobierno venezolano desde hace más de una década, Colombia es un país en guerra permanente, con una inteligencia y capacidad militar muy superior a la de cualquier país del área. Chávez lo sabe, por eso se dedica al insulto, a los minutos de silencio para llorar a los terroristas y, sobre todo, a sembrar la duda entre la población colombiana y la comunidad internacional. ¿Salida negociada al terrorismo?. No sé quién puede creer que eso sea lo que Chávez está defendiendo, cuando a él ni siquiera le interesa que las FARC desaparezcan.